Nuestra botica de Remedios Nativos Ancestrales está compuesta por plantas orgánicas, recolectadas de forma silvestre y cultivadas éticamente. Nuestro objetivo es obtener continuamente medicamentos prístinos, no adulterados y saludables para el bienestar de la mente, el cuerpo y el alma.
Remedios Nativos Ancestrales se dedica a elaborar remedios vibrantes y medicinalmente potentes que honran los principios de armonía y fórmulas antiguas que tienen años de evidencia anecdótica y tradicional.
Remedios Nativos Ancestrales
FITOMEDICINA: MEDICINA ANTIGUA PARA TIEMPOS MODERNOS (Apotecaria de productos ancestrales)
El bienestar es una cosmología, un paisaje que lo abarca todo y que encarna los mundos emocional, intelectual, físico y espiritual de la existencia.
Un verdadero estado de bienestar no depende únicamente de la condición o mentalidad que tenga una persona en ese momento. Nuestro nivel de bienestar está íntimamente entrelazado con la relación íntima que tenemos con nuestra comunidad, nuestro entorno y con nosotros mismos. El universo multifacético de la salud y la curación es cíclico, un organismo vivo en constante metamorfosis.
La curación se hace eco de la lógica de la física cuántica, sugiriendo que existimos en un ecosistema relativo, orientado a procesos, en el que no hay “objetividad” en el mundo que estamos experimentando. Los componentes esenciales Ancestrales para la curación de la enfermedad no se pueden resolver simplemente midiendo la enfermedad en sí misma; más bien, este ecosistema curativo es activo, con sus propias interacciones y relaciones únicas. Es a través de este proceso que el sanador equilibra la ecuación del bienestar físico, mental y social.
En las tradiciones curativas Ancestrales orientales, los seres humanos son percibidos como microcosmos del universo, imbuidos de las mismas fuerzas que controlan el cosmos.
En el taoísmo, por ejemplo, se imagina a los humanos como parte de un todo ininterrumpido, llamado Dao, un continuo relacional singular que se expresa dentro y fuera[lc1].
Este pensamiento es anterior a la separación de la mente del cuerpo. Fue la mente occidental la que creó la idea de que los seres humanos son sistemas vivos independientes, sin las limitaciones de las necesidades naturales básicas . Escapamos de nuestra dependencia y apego al mundo natural, persiguiendo principios egoístas de invulnerabilidad, invencibilidad e inmortalidad.
La supervivencia a largo plazo de nuestra especie se ve amenazada por un deseo desenfrenado de ganancias a corto plazo , creencias engañosas sobre los logros y suposiciones falsas sobre la autonomía de nuestra civilización con respecto a la naturaleza.
Los seres humanos de la actualidad han contaminado sus propios nidos, una clara señal de enfermedad y problemas futuros, especialmente considerando las consecuencias de nuestras acciones en el reino animal en general.
Hoy en día , muchos de nosotros buscamos recuperar el sentido de conexión que existía universalmente en las culturas antiguas, cuando el destino humano estaba totalmente entrelazado con la naturaleza.
En la comprensión ecológica de estas cosmologías, todas las cosas estaban inextricablemente unidas. El mundo era visto como una entidad simbiótica en la que todos los organismos vivos interactuaban y se apoyaban entre sí, desde el nivel celular más interno hasta el nivel cosmológico más externo.
El llamado a la medicina vegetal en la cultura actual es un símbolo del retorno de la humanidad a su origen. Se está produciendo un profundo renacimiento y el papel del reino vegetal está cobrando cada vez mayor importancia . Se está reconstruyendo un puente esencial entre los humanos y la naturaleza , que nos permite acceder al reino de lo trascendente y a la tierra de lo luminoso.
Las medicinas vegetales no están aquí sólo para proporcionarnos alimento, refugio y protección frente a las patologías; están aquí con un propósito mucho mayor, que es el de devolvernos a la conciencia original que prevaleció en la Tierra durante milenios.
La herboristería es la medicina de la pertenencia, una puerta a través de la cual mantenemos vivo un aspecto muy sagrado de esta misma conciencia.
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